Como el cuento de un mal amante

Nos conocimos.
Yo no te quería ni mirar y tú me señalaste con el dedo.
Yo corrí para escapar y tú me enganchaste con tus sueños.
Nos conocimos. Y aunque sabías que tenía a otro, te quedaste conmigo, sin separarte jamás, hasta ahogarme por momentos. Y durante meses estuvimos conociéndonos, solía mirarte las entrañas y me encantaba imaginarnos de mayores. Y todo fue tan rápido. Cuando menos lo pensamos ya teníamos firmado a sangre el compromiso, el que tú me impusiste y yo acepté.
Y después de casi tres años, de tantas lágrimas, de tantas pretendientas, de tantos pensamientos, de tantas maldiciones, después de años de soledad y visitas, de olvidos y arrechuchis...mañana es el día. Mañana tú y yo nos encontramos, pero no te olvides, que esto es como el cuento de un mal amante, se que me abandonarás y yo te echaré de menos, o te olvidaré y me buscarás, se que te retorcerás en tu lecho cuando sientas que eres lo último que me importa...que esto que tengo aquí no se me olvida y que te lo tengo toito guardao.

Nathan y Tiphaine

Nathan se levantó por la mañana. Se levantó como cada mañana a preparar el desayuno a la joven Tiphaine. Tostadas, mantequilla, queso, mermelada, café, zumo de naranja y algún día que otro, unas dulces tortas. Luego la despertaba hablándole al oído muy bajito. Ella siempre protestaba aunque en el fondo se moría de hambre. Cuando Tiphaine abría los ojos, Nathan volvía a la cocina y la esperaba paciente mientras huntaba la mantequilla en la recién tostada.

Una mañana, Nathan se levantó como cada mañana. Abrío el frigorífico y no había mantequilla. Cuando ella, remolona, se sentó en su silla desayunera, no tenía tostada.

Esa mañana se desayunaron los labios huntados en mermelada de naranja.

Auque esté reventá de no haber dormido,
estresá por no tener tiempo e ir siempre con prisas,
aunque no sepa que comprar,
aunque tenga que cambiar los planes porque tú cambiaste los tuyos a última hora,
aunque tenga que ir cargada con todo y más,
aunque Antonio y yo seamos los detectives más malos del planeta,
aunque al final siempre nos pilles,
aunque nos toque esperar para proceder,
aunque estemos nerviosos porque ya vienes,
aunque seamos casi delincuentes!
aunque nos toque esperar a oscuras escondidos en algún lugar de tu casa...

...haría lo que fuera para ver cada año esa cara de felicidad...

Ya nos espera...

En los carteles ya existen diferencias. En las ciudades por supuesto. Espero que en la peli también las haya, pero buenas.

Como Alicia en un País lleno de Maravillas

Un nuevo balcón.
Las flores en los pensamientos.
Nuevas luces que encender.
Unas rejas con una llave que aún no conozco.
Las ganas de que llamen a mi portero.
Las ganas que llamen los nuevos invitados.
Una pared que pintar.
Un silencio desconocido.
La mano de un hombre que me guía.
Las sorpresas de esta nueva etapa.
Las manos en los bolsillos de otros.
Los días a un euros y otros a dos.
Una lágrimas en proceso de extición.
Una carrera a no se sabe bien dónde.
Unos reyes con pinta de toalla, sábadas y colchas...

Y es que como Alicia me llegan aventuras sin esperarlo. Crezco más rápido de lo que quisiera en un mundo tan pequeño. Me acompaña cada segundo con conejo con reloj que me recuerda que tengo que mirar hacia delante. La mayoría de las horas floto en un mar pero de pensamientos hirvanados. Ando por una carrera llena de obstáculos que, a veces, he podido saltar y otras, me he despitado. Los momentos en los que me gustaría dar un mordisco a lo que sea y ajustar los centímetros de mis pupilas. Las cenas de sopas de falsas alarmas que saben a nuevas esperanzas. Un mundo dentro de mi cabeza dónde solo hay un trono y un rey de corazones...

Y es que como Alicia, esta niña que se encuentra delante de un sueño quiere hacerlo real.

Preciosa forma de ahogarse