domingo, 5 de octubre de 2008

Nosotros Joan Barcelona

Llegamos. Tal y como teníamos que llegar. Los ojos apuntando esquinas, cafés, calles y edificios que volver a mirar. Cada día con un destino marcado en el papel de nuestra guía, de los G4-F1-D7 desconocidos. Cada paso palante que nos regalaba unas agutejas-calambres que curamos con cada sonrisa al encontrar el sitio elegido...o no elegido. Tenía que ser así, porque no podía ser de ninguna otra manera. Teníamos que encontrar las hadas en aquel bosque encendido, buscar ansiosamente la marca roja en la acera que nos indicaba que íbamos por buen camino, degustar las obras maestras de 4gats que nos comimos con admiración, pasear girándonos en cualquier esquina para contemplar que la vida urbana, allí, nunca duerme, reirnos con cada beso y saber que, aquí o allí o en mil lugares, las chispas que nacen de ellos son las mismas, andar y andar y no parar, pasear por unas aguas nuevas y ver que la luz de esta tierra es especial y que fuera del centro todo vuelve a ser corriente, comprar los recuerdos a nuestra gente con intención de que vean por nuestros ojos lo que nosotros estabamos deseando, respirar el orgullo catalán y aprender que pa, pe, pi, po, pu son algo más que letras, conocer los colores claroscuros de las fachadas y baldosas que hacen de este lugar un deseo, el de permanecer eternamente...
Y cada día descubrir la vida de otras personas, las que se buscan la vida en las ramblas, las que venden, las que piden, las que actuan, las que quieren reir, las que trabajan, las que son más sosas que..., las locas, las que me daban miedo...y la que, por mano del destino, el cielo o la luna, nos encontró para atarnos a allí para el resto...
Decía ser médico, decía que vivía cerca, en la diagonal o algo así (cerca,jeje), decía andar por allí por la mañanas y tener la mala costumbre de almorzar a la hora de almorzar. Decía tener una pierna mala aunque sus pasos nos hicieran perder la respiración a veces. Tenía una chaqueta azul celeste y unos ojos despiertos. Nos regañó por saltar y pisar fuerte sus calles y con una historia cierta y una cara de tener mucho que decir, nos engachamos a él...o quién sabe si fue él el que se enganchó a nosotros. Y nos guió por las calles más pintorescas del barrio gótico inesperado para nosotros. Nos enseñó las letras del pasado en las piedras, el siginificado de las 13 ocas en la Catedral, la historia verdadera de una casa llena de mar santo y maría, las columnas casi escondidas en la calle paradís, el significado de los patios con vida de agua y naranjos, los peldaños de las escaleras, qué hacían entonces con los muertos, cuáles eran las tumbas, cada uno de los santos de la ciudad y lo que es y no es un catalán. Nos hablaba bajito, casi al oído con la única intención, pienso, de drogarnos con una magia que él veía al igual que nosotros: con la mezcla altiva del catalán y el castellano, con las preguntas retadoras que nos dejaba con los ojos espantados y nos hacía mirarnos para encontrar las respuestas, con las llamadas de atención cuando pensaba que me despistaba, esperando atentamente a que retratara, y bien, su tierra, con su dedo indicador para que no dejásemos de mirar a donde quería, con la historia de su vida y las preguntas que les hacíamos, con el paso de los romanos, de los judíos y los bombardeos, con las notas que casi subrayaba para que supiéramos que no estabamos en cualquier sitio, con cada una de las palabras que ese buen hombre nos regaló porque sí...

...dices que soy yo la culpable y declaro que lo único que hago es disfrutar y tener los ojos bien abiertos para no despistarme nunca...

Y es que sigo sin creer en las casualidades. Alguien o algo nos guarda y nos guía...o eso siento yo, porque hoy descubro que...

Después de indagar por media Europa, sin mucha explicación, decidimos viajar a Barcelona, justo a Barcelona.
Quisimos cambiar el billete de tren por uno en avión pero al final, viajamos en el tren rápido vía Madrid para poder contemplar un paisaje que sin ninguna duda esperaba nuestra visita y nosotros, sin duda, deseamos disfrutar juntos.
Tarareábamos sin parar la colombiana que, gracias a tí, tantos recuerdos nos trae: nuestra mente siempre sigue aquí.
Mis ojos confirmaron que tú también sabes bailar por las calles...
Que, vayamos donde vayamos, la música nos acompaña y que nuestro ángel siempre pone un euro en el bolsillo para darnos la oportunidad de agradecerlo.
Que los mimos esperaban tu visita y que querían abrazarme, abrazarme a mí!
Que hay calles que descubrimos porque teníamos que descubrirlas y que por muy lejos o escondido estuviera el lugar o por más que nosotros no quisiéramos siempre lo encontrábamos, o nos encontraban ellos?
Que el vértigo que siempre me acompaña me hace necesitarte profunda e irremediablemente...precisamente...a tí...
Que por muchos abrigos que queramos estrenar, el tiempo decide volverse caliente para abrigarnos bien el camino.
Que por más rajas que haya entre tu cama y la mía, tu hombro y mi cuerpo nunca se separan.
Que por más cansadas que estén nuestras piernas siempre tienen fuerzas para acercanos...

...quizás el señor Gaudí construyó la Casa Battló para que nosotros nos besáramos en sus pasillos. Don Joan llevara 60 años aprendiéndose la historia de la ciudad para embaucarnos y repitiéndose una y otra vez la frase que nos conquistaría: "ve despacio y con cuidado al pisar las calles". La berenjena con queso que nos comimos estaba cultivada con esmero para que no olvidáramos el sabor jamás. Pintaron los cristales de las Iglesias de colores para cautivarnos con sus destellos. La torre de Colón es tan alta para que me demuestres que contigo estoy a salvo. Que Dalí pintó relojes parados para que no viéramos las horas pasar. Que el Tibidabo nació para que hubiera una casa que nosotros pudíesemos desear. Que la noria de ese parque tan maravilloso existe para que podamos afrontar algunos miedos pero siempre juntos. Y por supuesto, que en aquella tienda estaría el avión que tú comprarías para hacermelo llegar en forma de letras que estarán grabadas en cada minuto de mis días y que resume cada palabra que aquí, en mis mensajes, en mis canciones o en mis sueños te exclamo...

...me quedo contigo...

6 comentarios:

picomike dijo...

Qué buen viaje! Es uno de los lugares que tengo pendientes desde hace mucho. Y creo que no falta tanto para que sea mi turno.

Un abrazo! (picomike desde la estación de autobuses de Almería, volviendo a casa)

Rubi dijo...

Descansa en tu vuelta y de nuevo, mucha suerte!...
...la próxima vez que vaya será para permancer...
Besitos!

Antonio dijo...

Todo es magia cuando tu zapateas. Seguro que ahora Barcelona es una ciudad apagada y resquebrajada por la falta de luz que le das a todo lo que miras.

No le eches las culpas a otros, que eres tú la que derrochas alegría.

¡que bonita eres!

Rubi dijo...

...tú si tienes algo de culpa...
Conoces bien todos mis botones...
niño!

ESENCIA dijo...

Me alegra tanto, y enciendes tal sonrisa en mi boca, cada vez que te veo tan feliz...que si no fuera porque eres mi hermana y por suerte el único que puede "vacilar" de ser el tuyo hermano, por esto y por tu gran capacidad de quererme y de hacermelo sentir así...pensaría que más que una persona, podrías ser cómodamente el comodín de un libro que tantas veces me he leido.

por cierto ya esta colgado el cuadro de los joselys que me has regalado, preside el gran cuarto de mi música...y de la tuya.
Te quiere el niño que te dormía en cada siesta, haciendote cosquillas en la espalda, hace mucho mucho mucho tiempo, y que aún te sigue viendo así, aguantando el sueño para que no dejase de cosquillearte. Aunque luego me lo cobraba comiendome tus gusanitos jajajajajjajajajjaa.

Rubi dijo...

idiota...lo has vuelto a conseguir...te quiero chalao!