jueves, 28 de agosto de 2008

Quién anda ahí?

Normalmente, suelo caer rendida en la cama. Los días que se aproximan me dejan extenuada y adoro aprovechar cada minuto aún para perderlo en la siesta que mi sofá me presta. Esa noche, por variar, había cenado demasiado matahambre y tambaleándome logré tumbarme en la cama recién puesta. La ventana abierta con el aíre acondicionado natural entrando y refrescándome...

Normalmente, sueles entrar cada noche. Los días se hacen cortos y hay tantas cosas por hacer que al final cambiamos los planes por uno aún mejor, si cabe. Esa noche, llegaste, una vez más. Cuando casi cierro los ojos, siento el hombro de mi niño, que sin hacer ruido, entra por la ventana para acompañarme en mis sueños...Luego, cuando despierta la luz, me deja solita...y comienza la batalla...

Normalmente, suelo tardar en abrir los ojos. Mi almohada me tiene hipotecada la vista y a veces, me llama una y otra vez, hasta que consigue que vuelva a cerrarlos y así, ella, vuelve a mirar. Esa temprana mañana me dejó despertar y logré mirar a tiempo el reloj de mi mesita...llevaba 20 minutos de retraso!!!

Normalmente, me despierto casanda, en los sueños tengo muchas cosas que hacer...pero me despierto sonriendo y esa mañana fue una más de tantas felices: mi café, mi vaquero, mi anillo, mis coloretes y el París de YSL que me refresca las pocas ganas...mi bolso, mi música y mi euro...y a mi nómada labor...

Normalmente, la puerta de mi casa está cerrada a cal y canto. A veces llamo a los dos ascensores y pienso que compiten para ver cuál de los dos es el más rápido en llegar al piso de arriba. Siempre gana el que está más cerca de mi puerta, por lo menos para mí y mis piernas. Y bajo...sin pensar, solo escuchando lo que se me antoje esa mañana...y llego, sin mirar...y ando hasta la puerta...

Normalmente, no me cruzo con naide. Esa mañana note un olor especial y justo cuando bajaba los escalones, casi quieta, apareció:
"Buenos días" cantó.
"Buenos días" asustada, respondí.
"Se te hace tarde" exclamó.
Miré mi mano sin reloj y le dije: "Ah, si?"
Descarada miré sus ojos...verdes...y me reí.
"¿Le pagan bien?"...le dije.
"Corre a la parada, listilla" me confesó.

...Y me fuí...a mi adorable parada del 20. Y lo entendí todo. Hay un personajillo con pinta de señor cotarrero que me despierta cuando me despisto. Alguien lo puso en nómina, le compró un gorro para que no me asustara y lo contrató para su estudio de vértigo con una labor camuflada...:

"que cuando él está lejos, se ocupe de mí...
...y de mis locuras...y me guarde"

Creías que podrías engañarme con el disfraz pero olvidaste que yo leo el iris...
Olvidaste que se leer detrás de la voz...

Adoro los cuentos que pones en mis días para que no tenga miedo.
Y me encanta hacerme la tonta y si es para reirme...

...y mi viaje de 1 euro fue a la Luna...

P.D.: El cotarrero se llama Tristonio y es obra de las manos de Antonio Mendoza.

4 comentarios:

juani dijo...

Tristonio esta guay.."el tal" Antonio Mendoza é un mostruo...aunque se le parece un poco con gabardina y sombrero...ah, que cuando te despierte a tri se pase por mi casa y me quite las legañas...

Rubi dijo...

perdona pero es exclusivamente mío...lo siento!!! jejeje

picomike dijo...

Ahhh, mi parada del 20... qué recuerdos de facultades, madrugones, apreturas y aromas sobaquiles al llegar mayo... creo que los aceptaría si vinieran acompañados de aquellos años.

Rubi dijo...

Mike, los años no sé pero el resto sigue donde lo dejaste...madre mía, qué mareos...cuando quieras te invito!