Los rascacielos asoman por las esquinas, la arena corre hasta mis zapatillas, los látigos se funden en el espeto, las barandillas se abren para dejar pasar el río, las pompas se posan como colchonetas debajo de sombrillas, las malvas salen al recreo, las motas de polen revolotean como lo hacen las faldas de las niñas, los silencios se hacen brisa y los puentes buscan los caminos hacia el mar...el verde mar.
La ciudad se tornea monte, las carreteras, estrechos valles, las farolas ,luciérnagas benditas, los buzones son árboles con manzanas, las ruedas, dientes de león...La ciudad se pinta de luz.
En estos meses en los que las hojas suben por el tronco para renacer en sus ramas, vuelvo a despertar y miro el papel que tú y yo pintamos.
A los tres de tres...
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