martes, 24 de noviembre de 2009

Denis y Thelma

Denis trabajaba como vendedor de altramuces en la calle del centro de una ciudad llamada L`Amour. Thelma era la chica del videoclub de la esquina de la rue Vendom. Denis volvía a casa después de las dos para ayudar a su abuela a poner la mesa, nunca faltaban las flores amarillas para almorzar. Thelma paseaba a su perro antes de cenar, luego preparaba con esmero un buen bocadillo y veía películas en blanco y negro en su pequeña tele roja. Denis tenía la manía de tocar todo lo que pasaba por sus manos, lo que fuera. Thelma memorizaba las sonrisas que más le gustaban y como su videoclub tenía muchos clientes, ella, tenía mucha memoria.

Un día Denís fue a comprar un billete de tren a la estación. Otro día, Thelma fue a la estación a visitar a una amiga. El mismo día en que Denis y Thelma se miraron en aquella vía. Él se le acercó y la rozó con una mano. Thelma le miró a los ojos y, esta vez, fue ella la que sonrió.

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