lunes, 2 de marzo de 2009

Cuando los almendros florecen...


...las hojas se vuelven tostadas al atardecer...

Es hora de resurgir de las mantas,
de quitarse el gorro y dejar volar los pensamientos.
Los dedos de los pies vuelven a ser libres,
es hora de enseñar las pecas, de revivir.
Es el tiempo de los colores,
de cambiar el largo por el corto,
de sentarse en la hierva.
Cuando los almendros florecen, la ciudad te abraza acogedora,
los paseos están hasta en las noches,
todo está, existe...aparece.
El azahar se mezcla con las motas de luz,
las chispas de mar se convierten en sardinas,
las ganas se transforman en horas...
...los sueños en dibujos...
Se duermen los vientos, las nubes grises y las gotas de ahí arriba,
se guardan los menos grados...hasta la próxima.
Cuando florecen los almendros, en ese preciso momento,
justo en esa época, en ese tiempo...en ese instante...

tú me miraste...

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