domingo, 28 de diciembre de 2008

Ya no te pertenece...


La historia de una conquista.
Empezé con una canción de dos pobres enamorados,
y tú llenabas mis horas con tus soniquetes, nuevos para mí,
eran dos nuevos amigos: los tantanes de mis sueños y los acordes de tus manos.

Ellos luchaban por existir...por permanecer...
Yo te cantaba mis recuerdos, intentaba que vieras por tus ojos lo que yo sentía,
y creo que lo conseguí...
Tú bañabas mis sábanas de despertares en allegro
y yo estrenaba mi voz matutina al son del tres y del cuatro,
y así pasaron los días...
Te dí a probar el desgarrador veneno que vive en mí,
y aprendiste a buscarlo en tu vida,
y lo encontrabas y lo encuentras...
Y aunque bailas en otras alucinantes dimensiones,
ya no te pertenece...la carne tuya, ya no lo es...

Ahora eres tú el que me enseña a danzar por nuevas letras,
quién iba a decírmelo...
Y es que cuando reconoces un estribillo en el silvido de un muchacho...
en ese justo momento, ya no te pertenece...
Tu carne ya no es tuya...
No hay vuelta atrás...

Quizás las malas artes de los poetas,
quizás las mágicas canciones de una hechicera...

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